Nada merece merece que un rostro se apaga y pierda su sonrisa. Nada.
Por muy fuerte que sea, por muy malo que haya sido, nada ni nadie merece eso.
¿Por qué?
Pues simplemente porque te queda mucho por vivir, te quedan miles de experiencias increíbles y sé perfectamente que si te sumes en la tristeza pensando en lo que has perdido, en el error que has cometido o en lo que sea que te haya producido esa horrible sensación te estancarás y no podrás seguir a delante.
¡SONRÍE! Que después de una época mala viene la mejor.
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